En tiempos en que muchas personas ven la actividad comercial como una buena inversión, se crea una nueva barrera entre los pequeños comercios y las megatiendas. Con la firma del gobernador Luis Fortuño a la nueva enmienda a la Ley de Cierre, acaban de arruinar un derecho laboral de avanzada en nuestro País. La prosperidad del pequeño comerciante, el fortalecimiento de la familia y de los valores sociales no dependen de una ley. En cambio ésta brinda esperanzas a aquellas personas que están sin trabajo y que aún mantienen la ilusión de obtener un empleo. La intención legislativa, cuando aprobó hace casi 20 años las enmiendas a la Ley de Cierre, fue proveer protección a los pequeños y medianos comerciantes ante las megatiendas y proteger el pago de horas extra y días de descanso de los trabajadores. Sin embargo, la Ley de Cierre es anacrónica y su inefectividad será probada en su transcurso. Aún con la protección de esta ley, el sector de los pequeños y medianos negocios sigue en crisis y la disfuncionalidad de la familia continúa en progreso. La Ley para Regular las Operaciones de Establecimientos Comerciales, Ley de Cierre, fue enmendada en 1989, establece que los comercios pueden abrir de lunes a
sábado, desde las 5:00 de la madrugada hasta las 12:00 de la medianoche, y los domingos sólo pueden operar de 11:00 a.m. 5:00 p.m. Con la nueva legislación el horario dominical se extendería hasta las 12:00 de la media noche. ¿Será favorable que ocurra esto, cuando el bolsillo del consumidor está quebrantado?
La Ley no debe representar un gran estímulo económico, debido a que las personas siguen teniendo el mismo ingreso que antes y hay menos gente con dinero en la calle. El mero hecho de extender el horario de operaciones, no va generar diferencia de aumento de ingresos en las megatiendas y mucho menos generará empleo. Esto, debido a que debido a quien toma la decisión de contratar nuevo personal es la compañía y lo que están haciendo es ajustando ese tiempo extra al horario regular de los empleados ya contratados. Esta Legislatura no puede seguir limitando a los comercios de 15 empleados o menos con cadenas y candados a su operación comercial, con restricciones absurdas que lo que hacen es detener el crecimiento económico del País. Por ejemplo, ahora se les exigirá más trabajo los domingos a los empleados por una paga menor que la que se le ofrecía antes de la firma de la nueva ley y podría causar despidos, en vez de nuevos empleos.
Por otro lado, la ley regula el domingo, día que la religión cristiana ha visto como un tiempo para el descanso. Muchos consideran esto como cosa del pasado, dado que vivimos en una sociedad secular en la que existe una clara separación entre la Iglesia y el Estado. Aunque es claro que la iglesia ha estado últimamente involucrada con la política del País.
Hay decenas de ejemplos en los Estados Unidos, donde la mayoría de las leyes que restringen el comercio los domingos han sido derogadas, declaradas inconstitucionales o sencillamente se han dejado de implementar. En un área tan importante como el comercio, Puerto Rico no puede aferrarse al pasado.