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"Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar"


Columna de opinión


¿Por qué será que desde que nacemos vivimos todo el tiempo pidiendo y pidiendo? Siempre pendiente a obsequios, beneficios, bonificaciones, deseando y queriendo cosas. No lo niego, a mi me encanta, me emociono y me grata. Pero, ésta parte no está dentro de las necesidades humanas, o ¿Si?.
Últimamente comienzo a ver que el famoso refrán “a caballo regalado no se le mira el colmillo”, ya no es considerado por muchos. Todos andamos exigiendo en un momento dado y si no se nos complace, que se abstengan a las consecuencias. Pero, ¿qué damos a cambio? Muchas veces nada. Veamos un par de casos que me ha tocado vivir de cerca.
Hace poco pude visitar una concurrida farmacia en el área de Bayamón y cuando iba de salida un muchacho me pidió dinero para comer, como no acostumbro a dar dinero le ofrecí un bizcocho que había comprado, cuando se lo doy, el muy “buena gente” me lo tiró al piso y me mando “pa’l cara…” o sea, ni escribiré la humillación que me causó.
Es bien difícil ver como una isla tan pequeña puede tener un sector de personas deambulando por las calles. Más aún, cuando se trata de uno de los lugares turísticos mas visitado y favoritos de muchos turistas y personas oriundas a la isla.
Y es que, aunque tienen la oportunidad de tener un lugar donde dormir y que le brinden un sustento, estas personas podríamos decir, contaminan la vista pública y fastidia mucho que con cada cinco pasos los transeúntes, que muchos van en busca de su sustento, lo tengan que dejar en cada uno de los deambulantes que se tropiece en su camino.
¡Ojo!, no estoy discriminando, pero la realidad del caso, es que tenemos gastos y responsabilidades, para estar esquivando y “pichando” a esta muchedumbre, que tras que se les brinda ayuda, solo piden por sus vicios y quienes a cambio dan, ¡Nada!
Conociendo la mala situación económica que puede estar pasando ésta isla, me tomo el atrevimiento de compararla con la situación familiar que confrontaron mis padres en la década del ochenta, donde simplemente tuvieron que hacer todos los ajustes necesarios, tantos económicos como sus formas de vidas, para poder trabajar para el desarrollo de sus dos nuevas responsabilidades, sus hijos.
Aunque llegaron a solicitar asistencia gubernamental, la cual nunca se les aprobó, pudieron sobre llevar toda su carga y sacarnos adelante. Hoy es el Gobierno quien paga la manutención de miles de niños en esta isla, y sus padres no se tienen que esforzar mucho. me pregunto, ¿cómo hubieran sobrevivido éstos sin esa ayuda?
No dudo de las capacidades de sus padres para poder sacarlos hacia delante, pero concebir un hijo no es tan difícil, el reto está en educarlo y mantenerlo. Pero la realidad del caso es que son muchos los que se pasan en oficinas de asistencias económicas gubernamentales para poder sobrevivir y mantener a sus hijos, teniendo unas buenas manos, perfectas piernas y los cinco sentidos en su lugar.
Jamás les llamaría que son unos parásitos a todos, porque el caso varía. pero sobrepasa la cantidad de dedos que poseo. ¿Por qué el gobierno no exige a estas personas a trabajar por esas ayudas? Porque trabajo hay y mucho. Pero le exigen que sus hijos, vayan a las escuela, y que vayan a buscar trabajo pero los muy listos le dicen a los patronos que firme el documento como que asistió en la búsqueda pero no había nada disponible. ¡Qué desconsideración!
Pero claro, mucha gente que aunque no tienen para vivir, siguen aumentando el numero familiar. Y los que no están aún criados ya comienzan a formar familia, ¡increíblemente cierto!. Pero, ¿Por qué?, si hay profilácticos y de todo par la prevención, pero, aparentemente así “no gusta, el gusto que disgusta” al Gobierno.
Estamos habitando a una sociedad donde algunos solo son capaces de pedir y de dar nada a cambio con la excusa que no pueden estudiar porque no tienen quien cuide sus crías o no haya trabajo, cuando en realidad no han buscado. Sin embargo, verdaderamente se necesita personal para trabajar en nuestras tierras, las cuales fueron muy ricas en un momento durante los pasados centenarios, y hoy, no se fructifica al máximo la gran oportunidad económica que se puede desarrollar.
No obstante , estas personas desempleadas prefieren vivir del desempleo, cupones, sección 8 y subsidios, porque llegan a considerar éste trabajo como una ofensa y humillación. Tal y como sucedió cuando se les ofreció recoger café, rápidamente se irritaron. Lo que entiendo que sucede es que aún buscan el apreciado horario perfecto. Lunes a viernes, ocho a cinco con días feriados libres, y bonos navideños, si saben de algo, que me avisen.
Por otra parte, es increíble como muchos empleados privados tiene que hacer “de tripas, corazones” para poder vivir, pero otros, no se cansan de seguir exigiendo aumentos de sueldos, y mas beneficios por el mismo trabajo sin ninguna obligación extra. Los maestros, no quieren que se les quite el mes de vacación en julio, quieren aumento de sueldo, no quieren ir a limpiar a las escuelas, pero sin embargo en las pruebas federales, fracasaron, los estudiantes salen menos preparados y son cada vez mas los padres y profesores universitarios quienes se quejan de sus trabajos.
Los Policías por igual, cada vez son más los corruptos, los que no brindan ninguna seguridad y los que fácilmente se han ganado la desconfianza del pueblo, pero ahí, siguen exigiendo. Reconozco que es un trabajo peligroso. Así sucesivamente, todos aquellos quienes nos ha tocado pasar por una oficina de Gobierno puede salir fácil con una experiencia inolvidable y muy pocas salen con complacencia. La mayoría salen, pavoroso, indignado, agitado, turbado, molestos, etc.
Recuerdo la que me hizo esperar media hora extra, a las seis horas que llevaba esperando. Es que me la imagino con sus otras compañeras tomando un tiempo de “Coffee Break” mientras la oficina está llena, ellas sentada en el cuarto blanco o gris, con mesa redonda o rectangulares, leyendo revista de catálogo o criticando alguna del trabajo. ¡Qué barbaridad!
Podemos lograr muchas cosas bajo nuestras mismas responsabilidades y debemos ajustarnos a nuestras realidades. No podemos pretender seguir mantenido a un grupo de personas que poseen perfectas cualidades para trabajar por lo suyo. Hay muchos que en realidad, lo necesitan. Entiendo que el Gobierno, que aunque está para ayudar a un pueblo, debería tener más control a la hora de repartir ayudas, y evaluar a cada beneficiario de estos servicios y exigirle a que antes de pedir, que aporten algún trabajo comunitario.
Sea cual sea el trabajo que puedan hacer, seria una aportación beneficiosa para ellos mismos y la comunidad. Como dice el dicho, “Dale de comer al hambriento y comerá un día, enséñale a sembrar y comerá toda la vida. Pero si seguimos como vamos, el gobierno seguirá manteniendo y tendrá que seguir haciéndolo por el restos de sus días. Afirmando así, que “Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar”.



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